Estudio sobre la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito
laboral realizado en el contexto de las micropymes del medio rural
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Tanto hombres como mujeres causan baja en
las empresas en más del 80% de los casos por
finalización de contratos. Como se observa en
el gráfico, no se aprecia una diferencia por sexo
reseñable salvo en las categorías de baja voluntaria
y “otros”. Esas otras causas, entre las que se
engloban, sobre todo, jubilaciones y prejubilaciones
o ceses de la actividad de la empresa, afectan a
un mayor número de hombres que de mujeres (7
puntos porcentuales por encima de estas). Ya se
ha comprobado que la brecha de género en las
plantillas de las empresas participantes en edades
superiores a los 45 años alcanza los 33 puntos
porcentuales a favor de los hombres, lo que explica
un mayor número de jubilaciones masculinas. Por
otra parte, el efecto de la crisis sobre sectores como
la construcción, ha motivado el cese de la actividad
de muchas empresas de esta rama y de ramas
asociadas, lo que afecta más a los hombres que
son quienes, principalmente, se ocupan en ellas.
Por el contrario, el mayor porcentaje de mujeres
que se dan de baja voluntaria en sus empresas (7
puntos porcentuales por encima de los hombres),
queda explicado a partir de los datos y discursos
que aportan los y las participantes, y que permiten
concluir que las mujeres dan este paso para atender
a sus responsabilidades reproductivas. Ya se ha
mencionado el peso del mandato de género sobre
las mujeres de ámbitos rurales y cómo éste es un
factor determinante en el acceso y mantenimiento
del empleo.
Ahora las estadísticas quizá no salgan igual de
equivalentes entre las mujeres y los hombres que
hace unos años que se estaba igualando (aunque
nunca se llegó a igualar del todo), yo creo que
eso puede ser porque si hay niños pequeños en
la casa y solamente hay para dar un jornal, puede
ser voluntad propia del matrimonio o de la pareja
que sea la mujer la que se quede en casa (GEM).
La mujer va a ser la que se va a quedar en casa y
la que va a condenarse a no tener una seguridad
social que le pueda permitir tener una jubilación (…),
pues eso, tenemos que estar sujetas a un marido
porque como no tengo a dónde ir pues me tengo
que quedar aquí. (…) Nos afecta lo bueno, porque
cuando hay para todos, hay para todos, pero
cuando no hay las mujeres son las que se sacrifican
en todo. Las que se sacrifican… las mujeres que
valemos para todo, como yo digo (GEM).
La salida aparentemente voluntaria del mercado
de trabajo de las mujeres tiene importantes conse-
cuencias en su poder adquisitivo y en su autonomía
económica presente y futura. Por una parte, la
salida voluntaria del empleo anula los derechos
a la percepción de la prestación contributiva por
desempleo, por lo que estas mujeres dejan de
percibir ingresos de forma inmediata y, por otra, la
salida del empleo lleva asociada la no cotización, lo
que afectará a las posibilidades futuras de optar a
una pensión de jubilación y a la cuantía de la misma.
