Impacto de la crisis en el medio rural: una mirada de género. - page 143

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Capítulo V
Las personas trabajadoras del ámbito rural frente a la crisis
o la relación que suele establecer el empresariado
entre permanencia en el puesto de trabajo (más
tiempo) y la productividad (más productividad),
existen otros factores que afectan a las mujeres
exclusivamente y que están relacionados con el
arraigo del rol de género en las zonas rurales,
donde aún se ejerce una fuerte presión social sobre
el comportamiento femenino. La transgresión del rol
de género por parte de las mujeres es penalizada
socialmente, al percibirse como un abandono de las
tareas que les corresponden.
(Si las mujeres tienen personas dependientes)
Eso está súper criticado en una mujer, sin
embargo, en un hombre se ve normal (…) Y lo
peor de todo es que te sientes culpable por estar
trabajando y no ocuparte bien de los tuyos (GTM).
Nosotras somos las madres malas, las que
trabajamos, las buenas son las que están todo el
día en el parque con sus niños (GTM).
Los sentimiento de culpabilidad y frustración que
afrontan las trabajadoras pueden condicionar
incluso su permanencia en el empleo, especial-
mente, si no logran conciliar los ámbitos personal
y profesional. Ello se acrecienta en tanto que se
mantiene un discurso que culpabiliza a las mujeres
empleadas por el “abandono” de su responsabilidad
de cuidado y el “descuido” que ello supone de las
personas dependientes de la unidad familiar.
… que los dos estén trabajando, que hay veces
que sí que se ven bien las cosas desde fuera, ¡oh!
pues venga, qué bonito, los dos trabajando tal y
cual, pero que crea problemas (…) A nivel familiar,
los hijos quedan un poco…, se rompe un poco
el núcleo familiar, los hijos quedan un poco desa-
tendidos, no hay cohesión digamos… (GTH).
De nuevo la responsabilidad del cuidado se traslada
a las mujeres, que lo asumen en solitario, sin que
exista una implicación de los hombres en el mismo.
Ello exige a las mujeres interiorizar las tensiones,
tomar decisiones y hacer elecciones a las que los
hombres no se ven sujetos. En este sentido, las
mujeres que quieren conservar su empleo se ven
inmersas en procesos de negociación continua en
los distintos espacios en los que se desarrollan:
como cuidadoras responsables de los demás y
como trabajadoras, con las obligaciones que ello
implica.
La fórmula más extendida para aliviar estas
tensiones es la utilización de redes informales de
cuidado, esto es, recurrir a familiares o amistades
que puedan cubrir esta necesidad.
Probablemente recurriendo a ayudas en el
exterior. Sobre todo a los abuelos y abuelas,
jubilados y jubiladas (risas). Yo creo que, ahora
mismo, para que la mujer pueda compatibilizar su
profesión y sus tareas de familia tiene que buscar
mucho apoyo de los abuelos, si no es difícil
(GTMIX).
Esta fórmula, aunque facilita la inserción de las
mujeres en el empleo, no favorece la modificación
del rol de género y las relaciones de género, sino
que perpetúan una organización social donde el
trabajo reproductivo sigue siendo responsabilidad
femenina.
Contrastando con esta realidad, basada en el
control social para que permanezca el mandato de
género, se hace notar otra corriente que coloca el
empleo como un fin deseado:
Yo sí que lo he notado en personas de mi edad
que no trabajan como que les da pelusilla el que
yo sí lo haga y no me echan una mano cuando lo
necesito (GTM).
Los datos que se han manejado hasta el momento
han puesto de manifiesto como cada vez son
menos las mujeres que se dedican al ámbito
reproductivo en exclusiva. Se ha visto como la tasa
1...,133,134,135,136,137,138,139,140,141,142 144,145,146,147,148,149,150,151,152,153,...262
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