Impacto de la crisis en el medio rural: una mirada de género. - page 177

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Capítulo V
Las personas trabajadoras del ámbito rural frente a la crisis
tivo que se da al propio empleo y con el rol de
género. La asimilación de los hombres de su rol
proveedor (breadwinner), desde el que tienen la
responsabilidad de sostener económicamente a la
unidad de convivencia, les hace más resistentes a
aceptar trabajos por debajo de sus expectativas,
especialmente, si estos trabajos están relacionados
con tareas consideradas propias del rol femenino,
como los ligados al cuidado de terceras personas.
En este tipo de empleos, lo hombres chocan
además con los estereotipos de género de las
personas empleadoras, que siguen asociando
estos trabajos con el desempeño de las mujeres.
Por otra parte, ellas tienden a centrar su prioridad en
sus responsabilidades reproductivas, considerando
el empleo como un complemento a los ingresos
familiares. Esta consideración resta importancia a su
desempeño y amplía su campo hacia ocupaciones
menos valoradas social y económicamente, y rela-
cionadas con su rol de género.
En cualquier caso, la polivalencia es un valor
percibido como positivo por las personas trabaja-
doras, independientemente del sexo.
Yo al que conozco que le va bien, es al que
sabe trabajar como un mulo y el que le mete
mano a cualquier cosa, pintar, fontanería,
electricidad... (…) Hay una parte muy importante,
aparte de la formación que sí lo es, que es tu
propia capacidad de esfuerzo y de adaptación.
Hay gente que conozco que tiene muchísima
formación, pero tiene una apatía increíble para
moverse y empe-zar a trabajar en cualquier tarea
que se le ofrezca, pues en estas circunstancias
de crisis, siguen siendo selectivos en el trabajo
que se les presenta (GTMIX).
Esta capacidad de desempeño de distintas tareas
y de adaptación a la realidad económica actual, es
un factor que se reconoce en mayor medida en las
personas de más edad y menos en la juventud.
Eso está claro, pero que eso no lo encontramos
en los jóvenes. Los jóvenes son peones de albañil,
o escayolistas, o fontaneros, o electricistas, o
carpinteros… Mientras que los mayores sí son
capaces de manejarse en las huertas, o son
capaces, en un momento dado, de hacer, no sé,
pan. Cosa que los más jóvenes no (…) Otra cosa
importante de los mayores, es que han partido de
una situación similar a ésta, si no peor, en muchos
casos, entonces no les da miedo enfrentarse a
los otros trabajos que en un momento dado un
joven puede entender como vergonzoso, que yo
creo que hay mucho tema de ese también, una
persona mayor no tiene ningún problema con
plantar melones, cargar coches e irse a venderlos.
Eso creo que es mucho más complicado para las
personas más jóvenes (GTMIX).
Sin embargo, esta polivalencia de las personas
trabajadoras demayor edad no está siendo valorada
por las empresas rurales que, como se ha visto en
el epígrafe anterior, prefieren la contratación de
gente joven, que es mano de obra disponible y de
menor coste. En muchas ocasiones, la salida que
encuentran las personas trabajadoras mayores es
el desempeño de alguna actividad “bajo cuerda”.
Lo que llamamos siempre las chapuzas, el que
se dedica a la pintura, el que se dedica al trabajo
de fontanería, el que trabaja en la carpintería
pequeña... pero al final esas actividades en
muchos casos, está ligada a una economía
sumergida, es decir, muchos de ellos son trabajos
no declarados, son trabajos por cuenta propia
pero que la mitad se hace en negro y que al final
cuentan poco… muchas de las posibilidades de
esa vida están en la economía sumergida, hay
muchas personas que trabajan en el sector, sin
asegurar, con contratos precarios o en muchos
casos sin contrato (GTMIX).
El incremento del trabajo sumergido es, por tanto,
otra de las consecuencias de la actual crisis, que
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