Impacto de la crisis en el medio rural: una mirada de género. - page 93

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Capítulo IV
Impacto de la crisis en las microempresas del ámbito rural
Yo creo que algunas veces hay que buscarlo
fuera, porque en las zonas rurales todavía falta
mucha formación específica para lo que de-
mandan las empresas. Se da mucha formación
pero no se tiene en cuenta las necesidades y
demandas de las empresas, entonces a veces
hay que buscarlo fuera (GEM).
En cuanto al medio por el que se conoció la
formación, el gráfico siguiente muestra que a casi
la mitad (46,06%) de las personas que realizaron
acciones formativas, les informaron desde la enti-
dad organizadora.
Otra vía de acceso a la información sobre forma-
ción es la pertenencia a alguna entidad, que es la
que difunde los cursos (37,68%). Únicamente un
20,69% del empresariado se informan a través
de Internet, porcentaje que se aproxima al del
empresariado que realiza cursos de formación
online (21,59%), y un 15,52% se une a planes
de formación de empresas de su sector, esto
es, planes de formación continua para personas
trabajadoras destinados a aquellas organizaciones
que no reúnen la plantilla necesaria para presentar
un plan propio. Esta baja participación en este tipo
de iniciativas está ligada, en muchos casos, a la
falta de información sobre cómo acceder a estos
planes y qué implica la adhesión a los mismos por
parte de la empresa.
Así mismo se ha indagado sobre los motivos por
los que el 35% del empresariado participante en
el estudio no ha realizado acciones formativas
en los últimos 5 años y se señalan los siguientes
motivos.
El tiempo disponible para la formación es el moti-
vo más frecuente para que el empresariado local
no se forme profesionalmente. Como ya se ha
señalado, el reducido tamaño de las empresas
de la muestra es en sí mismo un hándicap que
obstaculiza la participación. Gran parte del empre-
sariado no tiene personas asalariadas (51,71%),
lo que imposibilita la delegación de tareas para
acudir a acciones formativas, y el resto, como
se verá más adelante, está asumiendo un mayor
número de responsabilidades y empleando una
mayor cantidad de tiempo en su empresa ante la
necesidad de prescindir de parte de su plantilla.
Un 22,57% del empresariado no considera nece-
sario formarse y pertenece fundamentalmente a los
sectores del comercio (37,25%) y a la agricultura
y ganadería (27,45%). Pertenece también a estos
sectores el empresariado que considera que no
hay una oferta formativa en el territorio que se
ajuste a sus necesidades (23,91% en el caso del
comercio y 17,39% en el caso de la agricultura
y ganadería). Esta realidad viene a demostrar la
importancia de conocer las necesidades reales
de formación profesional de las empresas para
plantear una oferta formativa útil y motivadora,
que favorezca la superación de los obstáculos a la
participación del empresariado de estos sectores
en actuaciones que contribuyan a su desarrollo
profesional. De hecho, el empresariado señala
que en las zonas rurales se da mucha formación
pero que esta no responde a los intereses de las
empresas.
En esta línea, la actividad de las entidades que ac-
túan en el territorio debe focalizarse más en detectar
los intereses y necesidades del empresariado local,
para ajustar la oferta formativa a sus demandas y
plantear actuaciones que capaciten en el entorno
cambiante en el que se vive.
Uno de los aspectos positivos reconocidos a la
formación por el empresariado es la posibilidad de
interaccionar con otros y otras profesionales y, por
consiguiente, de conocer otras formas de gestión
y producción que puedan trasladarse a la propia
experiencia.
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