Estudio sobre la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito
laboral realizado en el contexto de las micropymes del medio rural
70
hospitalaria o monitoras de actividades recreativas
y de entretenimiento; o relacionadas con las tareas
consideradas más propias de su sexo, como
personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros,
cocinero/a y otros preparadores de comidas,
costureros/as a mano, bordadores/as y asimilados/
as, operadores/as de máquinas de lavandería y
tintorería y en otros epígrafes como dependientas
y exhibidoras en tiendas, almacenes, quioscos y
mercados.
Los hombres, por el contrario, se ocupan mayori-
tariamente en profesiones relacionadas con la
construcción, manejo de maquinaria e instalación
de servicios de nuevas tecnologías como, albañiles,
fontaneros, electricistas, soldadores, oxicortado-
res, montadores-instaladores de placas de energía
solar, instaladores y reparadores en tecnología de la
información y de las comunicaciones; profesiones
como auxiliares de vigilante de seguridad, conduc-
tores asalariados de camiones, operadores de
maquinaria agrícola móvil, peones de las industrias
manufactureras, etc.; o relacionadas con la toma
de decisiones, esto es, de dirección y gerencia.
Estos últimos son puestos que siguen estando
mayoritariamente representados por hombres,
a pesar del incremento de la cualificación de
las mujeres (en 2011 finalizaron los estudios
superiores un 46% de mujeres)
37
o experiencia
(en 2012, el 42% de las mujeres llevaban más de
6 años trabajando en su empleo actual)
38
, sino a
otros factores ligados al género que condicionan
su carrera profesional. Entre las explicaciones de
la persistencia del denominado “techo de cristal”
que impediría a las mujeres alcanzar las posiciones
de mayor responsabilidad y retribución, figura un
amplio conjunto de pautas culturales, a las que
subyace la subestimación de las capacidades
de las mujeres y el hecho de que sigan teniendo
que afrontar en solitario las responsabilidades
de la organización doméstica y de cuidados, en
un contexto de escasez de servicios públicos de
apoyo, especialmente, en el entorno rural.
En definitiva, el mercado de trabajo actual registra
tasas de empleo en torno al 44%. En noviembre
de 2012, la afiliación a la seguridad social cayó
al nivel del 2003 tras bajar en 205.678 personas.
Esto lleva a plantear un escenario pesimista, con
un incremento medio de la tasa de paro de más
de tres puntos porcentuales al año, y en el que aún
persiste la brecha de género en las tasas de paro y
empleo, pese a la caída de la ocupación masculina
resultado de la crisis financiera e inmobiliaria. Estas
brechas de género pueden seguir aumentando en
tanto que, como ya se ha mencionado, se ponen
en marcha planes de activación del empleo en
los sectores más afectados por la crisis (y muy
masculinizados), y se disminuye el presupuesto
destinado a políticas de igualdad.
B. Condiciones laborales de mujeres y hombres en
el empleo
El análisis de las condiciones laborales en el mer-
cado de trabajo se realiza partiendo de indicadores
básicos como el tipo de contrato, el tipo de jornada
o las condiciones salariales.
En cuanto al tipo de contrato, la tabla siguiente
muestra la evolución del % de distribución de los
contratos indefinidos y temporales, así como de la
brecha de género en ambos casos:
37. Según la Estadística de la Enseñanza Universitaria en España. Curso 2010-2011, INE. Dato promedio del porcentaje de mujeres que finalizaron los
estudios de grado, arquitectura e ingenierías y licenciaturas.
38. Según la EPA 2012.
